El grupo superó su récord de público en la temporada invernal
Veinte mil personas cantaron, bailaron y se emocionaron con el grupo santafesino
Canticuénticos en el ND TEATRO (CABA) donde llenaron 20 funciones
Canticuénticos es -sin dudas- uno de los mejores proyectos
artísticos que hay actualmente para acompañar las infancias:
con canciones propias sobre ritmos argentinos y latinoamericanos, las letras
tocan todos los tópicos, desde los más divertidos y disparatados hasta los más
difíciles y delicados.
Con esta propuesta, convocaron aproximadamente 20.000
personas en la temporada de invierno a lo largo de 30 presentaciones: 20
funciones en el ND Teatro (CABA) además de 2 en el Coliseo Podestá de La Plata,
otras 2 en el Teatro Maipú de Banfield, otro tanto en el Gran Ituzaingó y en el
Auditorio Fundación Astengo de Rosario, además de una función en el Teatro
Coliseo de Zárate y una presentación en la Ballena del CCK.
Siempre a sala llena, los shows tuvieron música, baile, humor, poesía y mucha emoción. Clásicos como “La cumbia del monstruo”, “Quiero para mí” y “El mamboretá” formaron parte del repertorio, donde también hubo lugar para “Bate con la cucharita”, “Hay secretos”, “Si viene de la tierra” y otras canciones de su reciente disco “A cocochito”, nominado a los Premios Gardel. También hubo un estreno con “El lorito Teté”, tema que formará parte del álbum que se viene.
Algunas notas de prensa este invierno:
“Vacaciones de invierno: Canticuénticos hace
cantar y bailar a grandes y chicos”
(Diario La Nación por Juan Garff)
(TELAM por Hernán Campaniello)
(por
Nacional Rock FM)
Con trece años de trayectoria, Canticuénticos ha recorrido toda la Argentina y gran parte de América Latina -de hecho, este año ya estuvieron en Chile y Colombia, donde regresarán antes de fin de año, además de gira por Uruguay en septiembre-, realizando más de mil conciertos con una propuesta original, alejada de los estereotipos, que combina diversión con emociones profundas.
Canticuénticos tiene editados cinco álbumes con canciones originales: “Canticuénticos embrujados” (2009), “Nada en su lugar” (2013), “Algo que decirte” (2015), “¿Por qué, por qué?” (2018) y el reciente “A cocochito” (2020).
En este grupo, además de canciones, hay cuentos: “Canticuénticos en papel”, es una colección de libros que cuentan cantando y cantan contando, bellamente ilustrados por Estrellita Caracol. “El mamboretá”, “El monstruo de la laguna”, “Noni-noni”, “¿Por qué, por qué?”, “Quiero para mí”, “Hay secretos”, “Pañuelito blanco”, “A cocochito” y “La rana rosita” son los nueve títulos ya publicados.
“Canticuénticos en cartón” es una novedad de este año: se trata de una colección de libros en cartoné (hojas duras) pensada especialmente para la primera infancia, ilustrados por Martina Cúneo. “Acá tá” y “Un remolino” son los primeros cuentos de esta colección.
Sus canciones
se escuchan, cantan y bailan en miles de escuelas y jardines de Argentina y
Latinoamérica, y sus videos son vistos más de 500.000 veces por día, acumulando
más de 380 millones de vistas en su canal de
YouTube.
INTEGRANTES: El grupo está formado
por Ruth Hillar (voz, flauta y acordeón), Laura Ibáñez (voz), Gonzalo Carmelé
(bajo y coros), Daniel Bianchi (guitarra, charango y coros), Nahuel Ramayo
(batería, percusión y coros), Cintia Bertolino (voz y asistencia de puesta en
escena) y Sebastián Cúneo (producción). También lo integran Darío Zini
(asistencia de escenario, aerófonos, charango y percusión) y Javier Escandell
(sonido).
“Hay secretos” -canción que refiere al abuso y maltrato infantil- adquirió mucha relevancia a comienzos de 2021 luego de conocerse lo ocurrido en Neuquén, donde un profesor de música de una escuela de Zapala compartió el tema en el aula: el mensaje interpeló a una niña de siete años, que lo llevó a su casa y se lo mostró a sus hermanas. La canción se convirtió así en la herramienta que permitió a una de ellas batallar contra su secreto y contar que había sido abusada por un vecino. Luego, otras niñas del barrio se animaron. El caso llegó a juicio, el modo en que se develó resultó fundamental en el relato de la víctima y el abusador fue condenado. La jueza hizo que el tema sonara también durante el veredicto.